Pablo Picasso, uno de los artistas más reconocidos por su obra pictórica, también dedicó su energía creativa a la escultura. Su primera escultura conocida, modelada en arcilla para ser fundida en bronce, fue creada por el artista en 1901 cuanto tenía 20 años.
A lo largo de su vida, produjo más de seiscientas esculturas, trabajando en dos modos distintos: modelando en arcilla o yeso para ser fundido en bronce y construyendo obras frontales y abiertas a partir de láminas de metal, varillas, madera o cartón, cortadas o encontradas.
Durante los años 50 y 60, Picasso desarrolló una serie de esculturas que cortaba a partir de una sola lámina de madera o metal y luego pintaba. Estos recortes pintados de madera y metal se asemejan más a la pintura y el dibujo que a la mayoría de sus otras esculturas, y dieron una nueva importancia a las superficies pintadas en la definición y articulación de las formas representadas.
Cada escultura fue dibujada previamente en trozos de papel y cartón, como en la serie que creó a finales de los años 50 enfocada en las siluetas humanas.