El Efecto Pigmalión, también conocido como profecía autocumplida, es un fenómeno psicológico que revela el poder de las expectativas y creencias en el rendimiento y comportamiento de las personas.
La profecía autocumplida
Este fenómeno explica por que cuando se dice algo sobre una persona o un grupo, se convierte en una realidad. En otras palabras, una profecía autocumplida es una predicción o idea que influye en el comportamiento y acciones de las personas, llevándolas a actuar de una manera que confirma o cumple con dicha predicción.
Cuando una persona cree en una profecía autocumplida puede comportarse de manera coherente con esa creencia, lo que puede provocar que la situación o evento se desarrolle tal como se esperaba. Este fenómeno puede ocurrir tanto a nivel individual como colectivo, y puede tener impactos significativos en el comportamiento, el rendimiento y los resultados.
Cómo se originó el término del Efecto Pigmalión
El término «Efecto Pigmalión» tiene su origen en la antigua leyenda griega de Pigmalión, un escultor que se enamoró de una estatua que había creado.
La historia fue relatada por el poeta romano Ovidio en su obra «Las Metamorfosis». Pigmalión era un escultor que, decepcionado por la falta de virtudes de las mujeres en su sociedad, decidió esculpir una estatua perfecta y hermosa.
Con el tiempo, Pigmalión se enamoró perdidamente de su propia creación y, a través de sus oraciones y deseos fervientes, la estatua cobró vida.
El primer estudio
El término «Efecto Pigmalión» fue acuñado por los psicólogos Robert Rosenthal y Lenore Jacobson en la década de 1960. Ellos realizaron un famoso experimento conocido como «Estudio de Harvard sobre el aprendizaje y el desarrollo», que involucró a estudiantes de primaria.
En el experimento, se informó a los maestros que ciertos estudiantes habían sido identificados como «estudiantes con un gran potencial de crecimiento intelectual». Sin embargo, esta información era falsa y los estudiantes fueron seleccionados al azar.
Al final del estudio, se descubrió que los estudiantes identificados como «con gran potencial» mostraron mejoras significativas en su rendimiento académico en comparación con otros estudiantes. Esto demostró el impacto de las expectativas y creencias de los maestros en el rendimiento real de los estudiantes.
Ejemplos del efécto pigmalión
Este fenómeno ha sido ampliamente estudiado en diferentes contextos, como la educación y el ámbito laboral. En el ámbito educativo, por ejemplo, los maestros que tienen altas expectativas sobre el rendimiento de sus estudiantes tienden a brindarles más atención, apoyo y oportunidades de aprendizaje, lo que a su vez puede llevar a un mejor desempeño de los estudiantes.
Supongamos que una persona tiene una creencia arraigada de que no es buena en matemáticas. Esta creencia se ha formado a lo largo de los años debido a experiencias previas negativas en el tema y a comentarios de otras personas que le han hecho sentir insegura en su capacidad matemática. Como resultado, esta persona entra en una nueva clase de matemáticas con la convicción de que no tendrá éxito.
Debido a esta creencia, la persona puede sentir ansiedad y falta de confianza cuando se enfrenta a problemas matemáticos. Es posible que evite participar activamente en clase, hacer preguntas o buscar ayuda adicional. Además, puede dedicar menos tiempo y esfuerzo al estudio de las matemáticas en comparación con otras asignaturas.
Con el tiempo, esta actitud y comportamiento influidos por la creencia de incompetencia en matemáticas afectarán negativamente su rendimiento. La falta de práctica y participación activa en clase resultará en un conocimiento deficiente del tema, lo que confirmará su creencia inicial de no ser buena en matemáticas.
Por el contrario, cuando las expectativas son bajas, los estudiantes tienden a recibir menos atención y se les brindan menos oportunidades de desarrollo, lo que puede limitar su rendimiento.
Cómo influyen las profecías autocumplidas en mi vida
- Impacto en el rendimiento académico: Estudios han demostrado que las expectativas de los maestros sobre el rendimiento de los estudiantes pueden influir en su desempeño académico. Cuando los maestros tienen altas expectativas sobre las capacidades de un estudiante, este tiende a trabajar más duro y lograr mejores resultados. Por el contrario, cuando las expectativas son bajas, el rendimiento tiende a disminuir.
- Efecto en el ámbito laboral: Las profecías autocumplidas también pueden aplicarse al entorno laboral. Cuando los empleadores tienen altas expectativas sobre el desempeño de un empleado, este tiende a esforzarse más y alcanzar resultados sobresalientes. Además, las expectativas negativas pueden llevar a una disminución en la motivación y el rendimiento.
- Autoconcepto y autoimagen: Nuestras creencias sobre nosotros mismos también pueden actuar como profecías autocumplidas. Si nos vemos a nosotros mismos como incapaces de alcanzar el éxito en una determinada área, es más probable que tomemos decisiones y realicemos acciones que confirmen esa creencia, limitando nuestro potencial.
- Influencia en las relaciones interpersonales: Las creencias y expectativas que tenemos sobre los demás pueden afectar nuestras relaciones. Si creemos que alguien es poco confiable, es probable que actuemos de una manera que genere desconfianza y, a su vez, confirme nuestra creencia inicial. De esta manera, nuestras expectativas pueden influir en el comportamiento de los demás y en la dinámica de la relación.
- Efecto en la salud y el bienestar: Nuestras creencias y expectativas también pueden afectar nuestra salud y bienestar. La investigación ha demostrado que las expectativas positivas sobre la recuperación de una enfermedad o lesión pueden tener un impacto positivo en el proceso de curación. Por el contrario, las expectativas negativas pueden aumentar el estrés y empeorar la recuperación.
A medida que profundizamos en el fascinante mundo del Efecto Pigmalión, descubriremos cómo nuestras creencias y expectativas pueden actuar como una profecía autocumplida, moldeando la realidad de aquellos que nos rodean.